No me quiero quedar sin la pasta.
La ilusión, sin helar, la ilusión.
Todo es cuestion de percepción.
De repente las ideas van y vienen.
La cabeza se convierte en un ente receptor.
Las paredes y las redes son la misma unión.
Una bota y la ojota ya no son.
Dentro, muy adentro si supieran mi existir.
Si observaran dos segundos,
Con caras y serpientes, con colores estridentes.
Vuelco todo en masa, todo en pasas de uva.
Tantas veces brota miel de un tubo fluorescente.
Todos miran, nadie ve.
Todos piensan, nadie crea o imagina.
Son la contra de la vida.
Hoy no pido mucho. Y con un suspiro de dolor pienso y digo:
-“No permitan que les hielen las ideas.”
Por Pepe Pipon